miércoles, 10 de febrero de 2016

Derribando un mito




Muchas veces es difícil dejar de creer en aquellos consejos en los que aceptamos ciegamente, o incluso en aquellos supuestos considerados por muchos como si fuesen verdades incuestionables, por el hecho de que la gran mayoría piensa que es una verdad, y como tal no es cuestionada. Es posible que este pensamiento haya sido una novedad, con lo cual su difución fue rápida, y hoy en día probablemente algo a lo que estamos muy habituados y no muchos se atreven a señalar como erróneo, aun teniendo evidencia que comprueba lo contrario a la creencia.

Ya que no la cuestionamos, pasa a ser una norma. Pero no estamos conscientes no sólo de la verdad, sino de las consecuencias negativas que conlleva pensar, sentir y actuar en base a esta creencia.
Un ejemplo que hoy en día está muy patente y ha calado muy profundo en el mundo de los deportes y en los aficionados a la actividad física es el lema “No Pain – No gain”, traducido literalmente significa “sin dolor no hay ganancia”. Explica en otras palabras, que el esfuerzo y motivación aplicado al ejercicio o actividad que se esté realizando debe ser el máximo, de lo contrario no habrá una buena recompensa. 

Como eslogan publicitario es un lema que suena muy bien, y además es posible que haya logrado su objetivo de vender más matriculas en los gimnasios, de vender más artículos, productos y ropa deportiva e inscribir a más personas a las competencias deportivas. Como campaña publicitaría es todo un éxito, porque su objetivo es alcanzar más ventas y generar mayores ingresos en cualquiera de los ámbitos ya mencionados, y seguramente ha conseguido su propósito, pero hay que tener en cuenta que esto es sólo una cara de la moneda. Por otra parte, ha generado que este lema se crea como cierto, una verdad absoluta, y quien no siga esa norma no está realizando las cosas de forma correcta. 



Creer que el lema “No pain, no gain” es una verdad absoluta, la transforma en una distorsión cognitiva, una forma de pensar rígida y poco flexible que se aplica de forma indistinta a muchas situaciones y finalmente conlleva consecuencias negativas, pero aun así sigue siendo aplicado una y otra vez, a menos que esta forma de pensar cambie. Tarea que requiere de un esfuerzo y aplicar técnicas para ello, lo que denominamos desde la psicología una reestructuración cognitiva.
A este error cognitivo especifico del lema “No pain, no gain” se denomina pensamiento dicotómico, en otras palabras “o todo o nada”. Es una tendencia en nuestro modo de pensar que nos provoca clasificar los acontecimientos en términos extremos, obviando los términos medios, o de forma opuesta. 

Por lo tanto, aquellos fervientes creyentes de este lema pensarán y sentirán que no han logrado nada si no se esfuerzan y motivan al cien por ciento de sus capacidades. Por lo que se sobre exigirán en la mayoría de las veces que practiquen una actividad física o en los entrenamientos del deporte que practican. 

Esta forma de pensar, trae graves y negativas consecuencia tanto a nivel físico como emocional, e incluso puede traer consecuencias contraproducentes en el rendimiento deportivo de la persona.  
 

Consecuencias negativas: 

En primer lugar, es poco realista pensar que una persona se pueda encontrar motivada siempre y que se esfuerce al máximo cada vez que realiza ejercicios tanto en un gimnasio como en los entrenamientos, muchas veces realizamos algunos que no nos agradan tanto, y no es necesario convencerse que tenemos que dar todo ánimo y nuestro mayor vigor. Debemos tener en cuenta que antes que deportista, sin importar a que nivel compita o si no compite, somos personas, y como tales tenemos preocupaciones y una vida que va más allá del deporte o actividad física que realiza. Por lo que puede verse afectada nuestra motivación y esfuerzo que realizamos en cualquier actividad. 

En muchas ocasiones, esta alta exigencia y búsqueda del perfeccionismo puede llevar a desmotivarnos o a frustrarnos rápidamente. Ya que la creencia demanda impone que, si no damos nuestro mejor esfuerzo, automáticamente no nos sentiremos satisfechos y probablemente nos quedaremos con la sensación de haber fracasado, aun si hemos realizado algún logro o si hemos realizado bien los ejercicios. Negaremos o le restaremos importancia a lo conseguido, si creemos que no hemos puesto toda nuestra energía en la tarea. 

Por otra parte, este pensamiento rígido conlleva una alta exigencia y demanda emocional, no sólo puede provocar una rápida frustración, es probable que a su vez genere un alto nivel de estrés. El estrés combinado con la ejecución de deporte o actividad física es un agregado de un riesgo muy alto de sufrir una lesión; debido que genera altos niveles de activación, estos reducen el enfoque atencional del deportista, quien puede llegar a ignorar información relevante que conlleve a que cometa graves errores en la toma de decisiones y en la ejecución de los movimientos. (Buceta, 1996)

Buceta (1996) explica que también es posible que el estrés pueda provocar el efecto contrario, una activación muy baja lo cual también puede generar un importante déficit atencional, por lo que baja nuestro rendimiento, la atención se dispara en exceso y no se enfoca en lo que está realizando, pudiendo cometer descuidos que también puede conllevar una lesión.

Podemos comprender que esta creencia exigente de “no pain, no gain” se puede llegar a convertir en una cadena de pensamientos y sentimientos negativos para el bienestar de la persona. Es evidente que bajo estas circunstancias el simple placer y disfrute de la actividad física y deporte se puede perder completamente, y se realizan por mera auto obligación. 

Este tipo de pensamiento rígido conlleva un sobreesfuerzo también a nivel físico, una sobre gran exigencia que puede traer graves consecuencias. Un gran volumen y una importante intensidad en el entrenamiento puede causar daños y lesiones a nivel muscular. 



Derribemos el mito:

Como se plantea anteriormente este tipo de creencia no tiene consecuencia positiva alguna, por lo tanto, lo recomendable es modificarla. 

En el caso de la práctica de actividad física debemos ser conscientes que cada esfuerzo es válido, también aquellos que no son a nuestro máximo nivel. Más importante que rendir al máximo esfuerzo es mantener la constancia en la práctica, como dijo uno de mis profesores “La gota abrirá un agujero en la roca, no por su fuerza, sino por su constancia”. Es importante que sepamos valorar lo que hacemos, en la gusta medida. 

En el caso de los deportistas de alto nivel, el “no pain-no gain” puede traer consigo consecuencias negativas directas que afecten en su vida profesional. Una lesión para un deportista profesional es sinónimo de un tiempo fuera de sus competencias y practicas o entrenamientos, un periodo de rehabilitación, pasar por un proceso para reintegrarse con normalidad al deporte, etc. 

Tanto en el caso de profesionales como aquellos que no lo son, es recomendable que se cuestionen llevar a la práctica este tipo de lema, y consultar más información y con profesionales especializados cuáles son sus consecuencias. 

También es importante considerar que los excesos generalmente traer consecuencias perjudiciales, y en este caso esta forma rígida y extremista de pensar sobre el esfuerzo y la motivación conlleva consecuencias negativas a nivel físico, emocional, cognitivo y conductual. 

Ningún extremo es bueno, esto quiere decir que tampoco es bueno que no nos esforcemos cuando entrenamos o practicamos una actividad física, pero si es bueno que sea en la justa medida de no provocar problemas por llegar al exceso.




Buceta, J.M. (1996). Psicología y lesiones deportivas: Prevencion y recuperación. Editorial DYKINSON. Madrid, España. 

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