Muchas veces es difícil dejar de
creer en aquellos consejos en los que aceptamos ciegamente, o incluso en aquellos
supuestos considerados por muchos como si fuesen verdades incuestionables, por
el hecho de que la gran mayoría piensa que es una verdad, y como tal no es
cuestionada. Es posible que este pensamiento haya sido una novedad, con lo cual su difución fue rápida, y hoy en día
probablemente algo a lo que estamos muy habituados y no muchos
se atreven a señalar como erróneo, aun teniendo evidencia que comprueba lo
contrario a la creencia.
Ya que no la cuestionamos, pasa a
ser una norma. Pero no estamos conscientes no sólo de la verdad, sino de las
consecuencias negativas que conlleva pensar, sentir y actuar en base a esta
creencia.
Un ejemplo que hoy en día está
muy patente y ha calado muy profundo en el mundo de los deportes y en los
aficionados a la actividad física es el lema “No Pain – No gain”, traducido
literalmente significa “sin dolor no hay ganancia”. Explica en otras palabras,
que el esfuerzo y motivación aplicado al ejercicio o actividad que se esté
realizando debe ser el máximo, de lo contrario no habrá una buena recompensa.
Como eslogan publicitario es un
lema que suena muy bien, y además es posible que haya logrado su objetivo de
vender más matriculas en los gimnasios, de vender más artículos, productos y
ropa deportiva e inscribir a más personas a las competencias deportivas. Como
campaña publicitaría es todo un éxito, porque su objetivo es alcanzar más
ventas y generar mayores ingresos en cualquiera de los ámbitos ya mencionados,
y seguramente ha conseguido su propósito, pero hay que tener en cuenta que esto
es sólo una cara de la moneda. Por otra parte, ha generado que este lema se
crea como cierto, una verdad absoluta, y quien no siga esa norma no está
realizando las cosas de forma correcta.
Creer que el lema “No pain, no
gain” es una verdad absoluta, la transforma en una distorsión cognitiva, una
forma de pensar rígida y poco flexible que se aplica de forma indistinta a
muchas situaciones y finalmente conlleva consecuencias negativas, pero aun así
sigue siendo aplicado una y otra vez, a menos que esta forma de pensar cambie.
Tarea que requiere de un esfuerzo y aplicar técnicas para ello, lo que
denominamos desde la psicología una reestructuración cognitiva.
A este error cognitivo especifico
del lema “No pain, no gain” se denomina pensamiento dicotómico, en otras
palabras “o todo o nada”. Es una tendencia en nuestro modo de pensar que nos
provoca clasificar los acontecimientos en términos extremos, obviando los
términos medios, o de forma opuesta.
Por lo tanto, aquellos fervientes
creyentes de este lema pensarán y sentirán que no han logrado nada si no se
esfuerzan y motivan al cien por ciento de sus capacidades. Por lo que se sobre
exigirán en la mayoría de las veces que practiquen una actividad física o en
los entrenamientos del deporte que practican.
Esta forma de pensar, trae graves
y negativas consecuencia tanto a nivel físico como emocional, e incluso puede
traer consecuencias contraproducentes en el rendimiento deportivo de la
persona.
Consecuencias negativas:
En primer lugar, es poco realista
pensar que una persona se pueda encontrar motivada siempre y que se esfuerce al
máximo cada vez que realiza ejercicios tanto en un gimnasio como en los entrenamientos,
muchas veces realizamos algunos que no nos agradan tanto, y no es necesario
convencerse que tenemos que dar todo ánimo y nuestro mayor vigor. Debemos tener
en cuenta que antes que deportista, sin importar a que nivel compita o si no
compite, somos personas, y como tales tenemos preocupaciones y una vida que va
más allá del deporte o actividad física que realiza. Por lo que puede verse
afectada nuestra motivación y esfuerzo que realizamos en cualquier actividad.
En muchas ocasiones, esta alta
exigencia y búsqueda del perfeccionismo puede llevar a desmotivarnos o a
frustrarnos rápidamente. Ya que la creencia demanda impone que, si no damos
nuestro mejor esfuerzo, automáticamente no nos sentiremos satisfechos y
probablemente nos quedaremos con la sensación de haber fracasado, aun si hemos
realizado algún logro o si hemos realizado bien los ejercicios. Negaremos o le
restaremos importancia a lo conseguido, si creemos que no hemos puesto toda
nuestra energía en la tarea.
Por otra parte, este pensamiento
rígido conlleva una alta exigencia y demanda emocional, no sólo puede provocar
una rápida frustración, es probable que a su vez genere un alto nivel de
estrés. El estrés combinado con la ejecución de deporte o actividad física es
un agregado de un riesgo muy alto de sufrir una lesión; debido que genera altos
niveles de activación, estos reducen el enfoque atencional del deportista,
quien puede llegar a ignorar información relevante que conlleve a que cometa
graves errores en la toma de decisiones y en la ejecución de los movimientos.
(Buceta, 1996)
Buceta (1996) explica que también es
posible que el estrés pueda provocar el efecto contrario, una activación muy
baja lo cual también puede generar un importante déficit atencional, por lo que
baja nuestro rendimiento, la atención se dispara en exceso y no se enfoca en lo
que está realizando, pudiendo cometer descuidos que también puede conllevar una
lesión.
Podemos comprender que esta
creencia exigente de “no pain, no gain” se puede llegar a convertir en una
cadena de pensamientos y sentimientos negativos para el bienestar de la
persona. Es evidente que bajo estas circunstancias el simple placer y disfrute
de la actividad física y deporte se puede perder completamente, y se realizan
por mera auto obligación.
Este tipo de pensamiento rígido
conlleva un sobreesfuerzo también a nivel físico, una sobre gran exigencia que
puede traer graves consecuencias. Un gran volumen y una importante intensidad
en el entrenamiento puede causar daños y lesiones a nivel muscular.
Derribemos el mito:
Como se plantea anteriormente
este tipo de creencia no tiene consecuencia positiva alguna, por lo tanto, lo
recomendable es modificarla.
En el caso de la práctica de
actividad física debemos ser conscientes que cada esfuerzo es válido, también
aquellos que no son a nuestro máximo nivel. Más importante que rendir al máximo
esfuerzo es mantener la constancia en la práctica, como dijo uno de mis
profesores “La gota abrirá un agujero en la roca, no por su fuerza, sino por su
constancia”. Es importante que sepamos valorar lo que hacemos, en la gusta
medida.
En el caso de los deportistas de
alto nivel, el “no pain-no gain” puede traer consigo consecuencias negativas
directas que afecten en su vida profesional. Una lesión para un deportista
profesional es sinónimo de un tiempo fuera de sus competencias y practicas o
entrenamientos, un periodo de rehabilitación, pasar por un proceso para
reintegrarse con normalidad al deporte, etc.
Tanto en el caso de profesionales
como aquellos que no lo son, es recomendable que se cuestionen llevar a la práctica
este tipo de lema, y consultar más información y con profesionales
especializados cuáles son sus consecuencias.
También es importante considerar
que los excesos generalmente traer consecuencias perjudiciales, y en este caso
esta forma rígida y extremista de pensar sobre el esfuerzo y la motivación
conlleva consecuencias negativas a nivel físico, emocional, cognitivo y conductual.
Ningún extremo es bueno, esto
quiere decir que tampoco es bueno que no nos esforcemos cuando entrenamos o
practicamos una actividad física, pero si es bueno que sea en la justa medida
de no provocar problemas por llegar al exceso.
Buceta, J.M. (1996). Psicología y lesiones deportivas: Prevencion y recuperación. Editorial DYKINSON. Madrid, España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario