miércoles, 9 de marzo de 2016

Un entrenamiento para controlar el estrés





Como ya muchos saben, hace dos días, Maria Sharapova admitió consumir un medicamento que desde el 1 de enero de este año (2016) paso a estar en la lista de sustancias prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), lo que significará una suspensión, pero aun no sé determina claramente a cuánto tiempo corresponderá. 



Este medicamento se llama Meldonium, el cual trae algunos importantes beneficios a los deportistas. Incrementa la resistencia y la habilidad de recuperación luego del esfuerzo físico realizado, esto favorece directamente el rendimiento. Por otra parte, también tiene efectos protectores contra los síntomas fisiológicos del estrés y mejora la activación del sistema nervioso central. Esto puede beneficiar al deportista a nivel mental, pero como deportista ¿necesitas un medicamente para controlar el estrés


No necesariamente, este aspecto se puede manejar a través de otros medios. Un entrenamiento mental completo debe incluir el aprendizaje del control del estrés y la activación adecuada que requiere el deportista. Sin duda, la adquisición de las técnicas correctas y la buena implementación de estás no será tan sencillo como tomarse un medicamento al día, necesitará más esfuerzo, tiempo y dedicación, pero los resultados pueden ser tan buenos o mejor que una simple pastilla. Esto dependerá de varios factores, pero uno importante es el compromiso y consagración que el deportista hace con su entrenamiento mental y con los objetivos que desea obtener en su carrera deportiva. 



Existen varias técnicas que tienen importantes repercusiones en la mejora del control del estrés. Estas técnicas trabajan a nivel mental, manejo emocional y de pensamientos, y sus alcances se perciben a nivel físico y corporal.


 Cuando percibimos un estímulo como amenazante es cuando aparece la respuesta de estrés y sus consecuencias. Es importante tener en cuenta que el peligro o amenaza puede ser real o puede ser que un estímulo o la consecuencia del estímulo tenga para alguien una importancia exacerbada. Por esto ocurren diferencias, algunos les provoca estrés hablar en público y para otros es algo normalizado, algunos tienen gran estrés en el momento de las competencias o partidos y otros no. Dentro de esta diferencia individual también existen grados distintos de estrés. 



¿Todo estrés en contraproducente? Pues, no. Cierta cantidad de estrés puede traer consecuencias positivas en las competencias, como ayudar a conseguir la activación adecuada que se requiera para rendir bien. A este estrés lo denominamos como Eustrés, es positivo, no produce un desequilibrio orgánico, el cuerpo responde bien y es capaz de enfrentarse a las situaciones e incluso obtiene sensaciones placenteras con ellos. 

Pensamiento, emoción y sensación parecen organizarse para proporcionar un efecto general de alegría, satisfacción y energía vital. En realidad, las técnicas de relajación y/u otros tipos de métodos psicológicos nos orientan más hacia un estado de eustrés que a uno de calma improductiva, que son inútiles para la propuesta de acción. Por lo que en un entrenamiento mental el objetivo es alcanzar un estado de Eustrés. 




El estrés negativo, que tiene consecuencias contraproducentes es el que denominamos Distrés. Produce sensaciones físicas y mentales desagradables, va acompañado siempre de un desorden fisiológico, las catecolaminas producen una aceleración de las funciones y éstas actúan alejadas del punto de equilibrio, lo que produce hiperactividad, acortamiento muscular y algunas somatizaciones. 


El Distrés también está relacionado con el Cortisol, la comúnmente llamada hormona del estrés. Cuando existe Distrés el cuerpo libera una mayor carga de cortisol, la cual se utiliza para movilizar las reservas de energía, prepara a la persona para responder rápidamente, pero normalmente genera una respuesta de hiperactividad. Lo cual puede provocar que el deportista llegue con menos energía necesaria al momento de competir, lo que no sería bueno para el rendimiento que requiere el deportistas, especialmente en el alto rendimiento.


Cuidado, que incluso un exceso de estrés positivo (eustrés) puede ser causa de distrés. Por lo que es evidente que aprender a controlar el nivel de estrés es fundamental no sólo para rendir bien en el deporte, sino para la vida en general. 


 En muchos casos, aprender a controlar el nivel de estrés y los efectos perjudiciales que tiene en el rendimiento deportivo también entrega la sensación de confianza en sí mismo, ayuda facilitar la tarea de concentrarse adecuadamente en la situación competitiva, evita respuestas emocionales disfuncionales en estas situaciones como el enojo, la ira, la ansiedad y la frustración, entrega la posibilidad de alcanzar el Nivel de Activación Optima (NOA) y es posible percibir optimismo y energía adecuada.


Por lo tanto, entrenar mentalmente para lograr alcanzar un “buen estrés” que favorezca al deportista de cara a la competencia o partido es sumamente importante, conlleva más beneficios que tomar una simple píldora que controla la fisiología. 

Recordar que el camino fácil no suele ser el mejor, mediante el esfuerzo y la dedicación tanto en los aspectos físicos, técnicos y mentales se logran los mejores resultados. 


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