En diversas competiciones
atléticas a nivel profesional, se puede observar que, dependiendo del deporte
practicado, la constitución física de los atletas variará en diferencias de
masa muscular o “tipos de cuerpos”. Por ejemplo, deportes que exigen recorridos
de alta velocidad a menor distancia se requiere mayor masa muscular y viceversa.
Estas diferencias dependen del
tipo de deporte practicado, pero también de otros factores, y no hablo sólo del
entrenamiento y esfuerzo propio del atleta, por lo contrario, de algo más.
Gracias a los avances en
tecnología y las ciencias aplicadas se ha logrado estudiar con mayor eficacia y
profundidad cuáles son los factores genéticos que influyen en un mejor
rendimiento en los deportistas, y esta influencia hereditaria se aprecia con
mayor evidencia en los atletas de alto rendimiento (revistagenetica.com).
El alfabeto genético humano es
gigantesco, cada una de las células del cuerpo contiene unos veintitrés mil
genes. La genética expresa las condiciones físicas de cada individuo, estos
rasgos son hereditarios, y dependen de los genes que hemos recibido de nuestros
padres.
Se ha descubierto que rasgos
como la fuerza física, la resistencia, la coordinación, la velocidad, entre
otras capacidades, tienen dependencia de dicha composición genética para
alcanzar el éxito como deportista de alto rendimiento. De las tres mil millones
de letras que componen nuestro código genético, hay tres millones de
combinaciones posibles distintas, que generan diferentes características
físicas y mentales.
A través de una prueba
genética es posible descubrir la combinación ACTN3 de cada persona, esto indica
la predisposición muscular que la persona posee. Para realizar esto solo hace
falta una muestra del ADN de la persona (saliva, sangre, etc.).
¿Qué
es el gen ACTN3?
El gen ACTN3, localizado en el
brazo largo del cromosoma 11, es el encargado de sinterizar una proteína
intramuscular (α-actinina-3) que ayuda a la contracción muscular. En otras
palabras, tiene una función estructural que confiere a los elementos
contráctiles una mayor estabilidad, la cual justificaría una mayor capacidad de
transmisión de fuerzas.
Sin embargo, esta proteína no
está presente en todos los seres humanos debido a una mutación en el gen ACTN3,
como consecuencias variables, aparecen dos alelos (R-R y R-X) que permiten
sintetizar, o no, la proteína α-actinina-3. La combinación especifica de este
gen determinará un tipo especial de músculo o, mejor dicho, la ausencia de la
proteína intramuscular que tendrá su incidencia en la musculatura del
individuo. Para entenderlo mejor, es necesario comprender que existen dos
escrituras diferentes para el ACTN3, los científicos los denominan R y X, uno
obtiene una copia de este gen ACTN3 de la madre y otro del padre.
Existen tres combinaciones
posibles; R-R, X-X o R-X. Sólo el tipo X-X hace que tengas menos posibilidades
de ser un velocista, factor sumamente necesario en la práctica del fútbol
profesional, ya que este genotipo elimina la proteína del musculo, lo que
dificulta la contracción muscular, por lo tanto, su desarrollo no es óptimo
para este deporte.
En lo ideal, un atleta de alto
rendimiento en el fútbol necesitaría tener una combinación R-R o en su defecto
R-X en su gen ACTN3 para sobresalir en la práctica en las altas exigencias
físicas, como es lo que ocurre en el fútbol moderno, que obliga a poseer una
gran explosividad en fuerza y velocidad para poder correr grandes tramos dentro
del terreno de juego en una cantidad mínima de tiempo.
Para entender mejor
funcionamiento de nuestro cuerpo, la expresión del gen ACTN3 y sobre todo de
los requisitos físicos de los deportistas, es importante aclarar cómo está
compuesta la musculatura, para eso es fundamental saber qué son las fibras
musculares; éstas son células que conformar nuestros músculos, y están
compuesta a su vez por unidades que tienen la capacidad de contraerse que se
denominan miofibrillas.
Existen tres tipos de músculos
en nuestro cuerpo, dos de ellos corresponden a músculos de contracción
involuntaria, como por ejemplo los que forman y hacen funcionar los órganos
internos como el corazón.
El tercer tipo de músculo es
el esquelético, el cual corresponde a diferencia de los otros dos, a una
contracción voluntaria, en simples palabras, aquellos que se pueden contraer a
voluntad. Éstos se agarran mediante los tendones a los huesos de forma que al
producirse la contracción se genera movimiento o simplemente un mantenimiento
de nuestra postura.
También es relevante dejar en
claro que existen dos grandes grupos de fibras musculares esqueléticas. Las
fibras tipo I, llamadas también fibras de contracción lenta o fibras rojas, y
las fibras de tipo II (A y B), que son fibras de contracción rápida o fibras
blancas.
Las fibras de tipo I funcionan
principalmente en la respiración celular, utilizando grandes cantidades de
oxígeno, a consecuencia de esto, se posee una gran resistencia a la fatiga,
pero a su vez una menor fuerza debido a que la contracción es más lenta. Por lo
tanto, estas fibras soportan un esfuerzo físico de larga duración como las
carreras de larga distancia.
Las fibras de tipo IIA se
asemejan a las de tipo I, y las IIB son de mayor envergadura, ya que contiene
miofibrillas densas, grandes reservas de glucógeno, y escaso número de
mitocondrias. Los músculos dominados por estas fibras producen contracciones rápidas
y potentes, es decir, tienen un potencial de crecimiento mayor, y al
desarrollarlas se producirá un aumento de nuestra masa muscular. Sin embargo,
son las que se fatigan antes, debido a que sus contracciones requieren uso de
ATP en cantidades masivas, pudiendo realizar esfuerzos mayores durante un
periodo corto de tiempo. Estas fibras, por lo tanto, soportan ejercicios
intensos en cortos periodos de tiempo.
Si se analiza el rendimiento
de un futbolista en un partido de fútbol es posible apreciar que el ejercicio
realizado por éstos atletas es una mezcla de ambos tipos de esfuerzo muscular.
Por una parte, deben poseer resistencia para correr durante todo el partido y a
su vez se requiere de una gran fuerza en la musculatura del tren inferior, para
tener esa capacidad explosiva para cambiar de ritmos y direcciones dentro del
trayectos recorridos en el terreno de juego, saltar o patear fuerte la pelota.
Sin embargo, las
investigaciones han demostrado que en el caso de los futbolistas es beneficioso
poseer la combinación R-R o R-X (porque fenotípicamente se expresa el gen R, el
cual es el dominante) para obtener un mejor rendimiento profesional en este
deporte (Documental La Ciencia del Fútbol de Discovery Channel, 2011), en otras
palabras, son requeridas aquellas fibras musculares rápidas y que son asociados
a deportes de potencia y velocidad.
Muchos entrenadores piensan
que la resistencia es la clave del éxito en el fútbol, pero las investigaciones
actuales han demostrado que no es el factor más importante. La fuerza y la
potencia son los factores en los que debe enfocarse el entrenador de un equipo
de fútbol. En donde entra en juego la combinación R-R o R-X en el gen ACTN3.
Este factor genético toma
incluso mayor relevancia si consideramos los cambios que ha sufrido este
deporte a través de los años, sobre todo en cuanto a los deportistas
profesionales que lo practican.
Es evidente que hoy en día los
futbolistas profesionales son mejores atletas que los futbolistas de hace 30 o
40 años atrás. El fútbol ha cambiado, y en la actualidad es un deporte que
exige física y psicologicamente mucho más a los deportistas. En el plano físico
se les exige a los atletas ser más fuertes, más rápidos, con mejor capacidad de
reacción y coordinación, dicho de otro modo, debes estar mejor preparados
corporalmente.
Por lo cual es posible
concluir que, si bien es muy importante el entrenamiento físico, las horas de
práctica del deporte, los factores psicológicos como la motivación,
determinación, tolerancia de la frustración, etc., también existe un factor
genético que indiscutiblemente tiene un efecto importante en el rendimiento de
futbolista profesional.
Existe una importante
correlación entre la composición genética y capacidad física ideales para el
fútbol, por lo que es irrefutable que hay un componente innato de mucha
relevancia para lograr alcanzar el éxito en el mundo deportivo del fútbol de
élite. Es importante olvidar que no es el único factor influyente, es un
ingrediente más en la receta para ser un excelente futbolista.
(Este articulo es una recopilación de información de distintas fuentes y medios, tanto escritos como audiovisuales.)
Fuentes:
-
http://revistageneticamedica.com/2015/01/26/el-caso-del-gen-actn3-cuando-la-perdida-funcional-de-un-gen-puede-suponer-una-ganancia-evolutiva/
-
Programa Ciencia del Campeón de Discovery Channel año 2011.
-https://grutametabolica.wordpress.com/2014/12/20/rendimiento-deportivo-determinado-por-la-genetica-realidad-o-ficcion/
Esta informacion no me sirvio
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