El fútbol es el deporte más popular del mundo, considerando tanto a
espectadores como personas que lo practican. Según una encuesta
realizada por la FIFA (2006), son aproximadamente 270 millones de
personas en el mundo los que están activamente involucrados en el
fútbol. De esta cantidad, son 265 millones los que juegan
regularmente de manera profesional, semi-profesional o amateur,
considerando hombres, mujeres, adolescente y niños. 270 millones de
personas son, en otras palabras, el 4% de la población mundial.
Como señalan las cifras, esta disciplina es practicada por muchos,
pero son muchos más quienes son seguidores de este deporte desde las
gradas, televisión u otros medios. El fútbol es el líder de las
más grandes convocatorias generando un fenómeno de enorme valor,
que incide en la cultura, historia, idiosincrasia, economía e
identidad de muchas sociedades, pueblos y naciones; incluyendo tanto
las selecciones de cada país como los clubes deportivos.
Para muchos es considerado mucho más que un deporte, es un asunto
que tiene una enorme implicación a nivel mundial. Entendiendo que
el fútbol es un fenómeno deportivo de poderoso impacto, es
imprescindible mencionar, y no obviar, los aspectos que influyen en
nuestra sociedad. Si bien, conlleva muchísimas consecuencias
positivas tanto a nivel individual como a nivel social, también
existe algunos fenómenos que general en algunos casos secuelas
contraproducentes; uno de estos fenómenos es el fanatismo.
El fanatismo, según la RAE es la “tenaz preocupación o
apasionamiento del fanático”, y fanático es descrito como quien
“defiende con tenacidad desmedida y apasionamiento creencias u
opiniones, preocupado o entusiasmado ciegamente por algo”, como se
puede apreciar, generalmente a este término se asocia con el aspecto
desfavorable y con las malas consecuencia que conlleva; la cual, en
el fútbol, es generalmente la violencia.
Remontándonos en tiempos antiguos, ya se puede apreciar la crudeza
de este deporte, la leyenda menciona que el primer balón que se usó
en Inglaterra (nación donde nació el fútbol moderno, y donde
fueron creadas de las reglas modernas del fútbol) fue la cabeza del
un soldado romano fallecido en una batalla en el año 55 antes de
cristo. Aunque, es importante mencionar que este deporte fue una de
las muchas practicas violentas y juegos combativos de aquella época
que se imponía ante la competición y a la valorización de los
principios atléticos (Arévalos, s/f).
Fue tanto el impacto de la agresividad que tenían estas practicas
deportivas que en el año 1572 la Reina Isabel I tuvo que
prohibirlos, por que fueron considerados un ejercicio sangriento y
asesino, en vez de un pasatiempo o deporte amistoso. Aunque en
aquellos tiempo es posible que la violencia podría haberse debido a
la ausencia total de reglas; además de la provocación al ser un
juego de combate y de excesivo contacto (Arévalos, s/f).
Hoy en día, aun sigue existiendo mucha agresión en torno al
fútbol, y a pesar de que esta reglamentado y es penalizado el uso de
la violencia tanto dentro de la cancha como fuera de ella (Reglamento
de seguridad de la FIFA, es un ejemplo de ello), sigue existiendo.
Vemos cada año más de un accidente relacionado con esta tema, en
distintos grados, desde insultos a ataques físicos directos, en
distintos puntos del planeta y provocado por personas de variadas
edades.
Este deporte genera en muchos espectadores adulto y jóvenes una
atracción sorprendente, si bien esto conlleva aspectos positivos
como el sentimiento de pertenencia, reuniones sociales, amistades,
etc. En su contraparte puede también generar consecuencia
perjudiciales cuando el espectador y seguidor de un equipo se
convierte en un fanático o hincha violento.
El problema radica en la sinergia de ser esclavo del fútbol,
ejemplos comunes de estos son el ignorar a la familia por ver un
partido, generar revanchismo, sentir tristeza desmedida por la
derrota en un partido, caer en apuestas absurdas por resultados,
intoxicar el cuerpo con alcohol por la celebración de la victoria,
generar sentimiento de odio o gran repudio por el equipo rival, tomar
represalia contra los seguidores del equipo contrario (Velasquez,
s/f).
Muchas veces estos aspectos y sus consecuencias son ignorados o
incluso intencionalmente desvalorados. La historia es importante no
olvidarla, y en relación a esta temática es posible afirmar que han
habido grandes incidentes (Tragedia de Heysel, Tragedia del Estadio
Nacional de Perú, Tragedia de Luzhnikí, Tragedia de la Puerta 12,
Tragedia del Puerto Saíd, son sólo algunas de ellas). Para
entenderlos, y comprender en mejor medida el fanatismo en fútbol es
necesario clarar el concepto de Hooligan y Ultra.
El término Hooligan, en ingles puede traducirse literalmente como
gamberro, pero se utiliza actualmente para describir a hinchas
futbolísticos de comportamiento agresivo y vandálico, aunque en sus
origines se utilizaba para describir a cualquier tipo de criminal,
pronto se relacionó con el fanatismo del fútbol. Esta terminología
nació en Inglaterra y su uso en relación con este deporte aparece
en la prensa escrita ya en el año 1898. Otros términos para
describir el mismo fenómeno social al rededor del mundo son los
Ultras, generalmente utilizado en otros países de Europa y en
Sudamérica son conocidos como Barras Bravas.
Existen varios altercados provocados por Hooligan, Ultras y Barras
Bravas en la historia del fútbol al rededor de todo el globo
(anteriomente mencionados). Muchas de ellas grabadas en el recuerdo
de muchos, por sus terribles y fatales consecuencias, y contadas a
las generaciones posteriores como horribles relatos que esperamos no
se vuelvan a repetir.
Para comprender su relevancia es importante mencionar que esta
temática de la violencia en los estadios y los Hooligans han sido
objeto de estudio para varias disciplinas; historiadores,
periodistas, psicólogos sociales y sociólogos son los principales
investigadores de este fenómenos y se han publicado varios libros e
investigaciones al respecto.
Javaloy (1996) en su articulo sobre Hinchas violentos y excitación
emocional, explica que una de las razones del surgimiento del
fenómeno de los Hooligans se debe a que en los años 60´s el los
paises industriales europeos más avanzados existió una gran
represión de parte de la sociedad hacia los individuos, el control
social de las emociones constituía la esencia del “proceso de
civilización”. Como consecuencia de esta fuerte represión social
de las expresiones emocionales aumento la importancia de la emoción
lúdica Elias y Dunning, 1992, en Javaloy).
A medida que han transcurrido las décadas, la represión emocional
por parte de las sociedad ha dejado de existir, pero no así la
existencia de hinchas violentos. Investigaciones actuales realizadas
con Hooligans de distintos países europeos han demostrado que este
fenómeno se debe a que dichas personas se sienten fuertemente
atraídas por la búsqueda de un Arousal elevado, asumiendo riesgos
que no tienen una meta o fin definido (orientación paratélica).
Otra factor importante en el fenómeno Hooligans son los medios de
comunicación, ya que en muchas ocasiones funcionan como un
“amplificador de la violencia”, ya que exageran los hechos
protagonizados por los hinchas violentos, lo que para ellos son
percibidos como hazañas heroicas, hacen de esto una propaganda que
es expandida a otros capaces de imitar o realizar comportamientos
similares o incluso más agresivos.
Por lo que los medios de comunicación, sin intensión de hacerlo,
entregan una recompensa positiva a este tipo de hincha, que siente
gratificación a causa de la atención que le presta la prensa Buford
(1991, en Javaloy, 2006). Muchas de los métodos disuasorios de
conductas violentas de los fanáticos terminan funcionando como un
estimulo que genera un arousal elevado, por lo que tiene el efecto
contrario y refuerza la conducta.
En conclusión es posible afirmar que el fútbol es para los
hinchas, un deporte que genera la posibilidad de expresar
sentimientos de excitación que combate la monotonía cotidiana, un
sensación de pertenencia a una hinchada con la cual se comparte los
mismo sentimientos y conductas, genera competencia contra la hincha
rival por alentar a su equipo, etc, así como también en la
exageración de estas conductas conlleva al fanatismo, en el caso del
fútbol, a estos se le denominan Hooligan, Ultras o Barras bravas,
donde las conductas son teñidas por actos de violencia desmedida.
Si bien es un fenómeno que ocurre a individuos tiene un efecto en
masas, y sus consecuencias perjudiciales tiene gran alcance, tanto a
nivel de ciudades como países, algunos de ejemplos de esto es el
efecto negativo de los hinchas agresivos que se ven reflejadas en
secuelas sociales (asaltos, destrucción de propiedades, personas
lesionadas e incluso fallecidas, etc), plasmada en accidentes con
fatales resultados que han quedado inmortalizados historia del fútbol
y que en muchas ocasiones generan una cultura de violencia que se
traspasa a las generaciones siguientes, de padres a hijos. Si bien se
ha intentado aplacar el fenómeno con distintos medios, algunos que
han dado resultados y otros que han servido para enardecer la
situación.
Fuentes:
Arévalo, F (S/F). Fútbol: Pasión y contradicciones. Sociedad
Colombiana de Ciencias del Deporte.
Federation Internationale de Football Asociotion (2006). Reglamentos
de Seguridad.
Javaloy, F (1996). Hinchas violentos y exitación emocional. Revista
de psicología del deporte. pp.94.
Velázquez, M (S/F). Fanatismo en el Fútbol.
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